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  • philippchmel

9M, día histórico para el movimiento feminista en México

Alternativa Socialista México



photo: Reuters

El pasado 9 de marzo del 2020, México vivió el paro nacional más grande de la historia, que tenía por objetivo hacer visible el papel mujeres en la sociedad mexicana y denunciar la violencia de género. En medio de una grave crisis de feminicidios en el país -se calcula que a diario son asesinadas 10 mujeres por razones de género-, la poca capacidad gubernamental para atenderla y la indiferencia de una parte de la sociedad.


La convocatoria los días previos a este paro estuvieron marcados por la polémica. Desde el inicio, se montar sectores como la oposición partidista y agrupaciones “civiles”, quienes más que mostrar genuino interés por resolver esta problemática, veían la oportunidad de sacar tajada política y golpear a López Obrador. Aunque estos grupos fueron rápidamente aislados y denunciados por las mismas compañeras.

Sin embargo para los propagandistas del régimen de Obrador, esto fue producto de una conspiración de la oposición e iba en contra del presidente. Esto llevó a una serie de declaraciones erradas por parte de algunos funcionarios públicos y comunicadores, las cuales llevaron la discusión a un punto totalmente alejado de la situación real. A ello se le sumaron las declaraciones, poco atinadas por parte de Andrés Manuel, quien parecía más preocupado por la rifa simbólica del avión presidencial que por el tema de los feminicidios y la violencia de género, lo que encendió los ánimos de las colectivas y compañeras feministas.


Por otro lado que la patronal y algunas instituciones indiferentes a la violencia machista, como la UNAM o el Politécnico, decidiera participar en el paro -por contradictorio que esto suene- otorgando permiso para faltar a las mujeres que laboran en sus espacios, parecía le restaría fuerza al mensaje que se buscaba transmitir. Sin embargo no fue así, pues el impacto generado fue bastante contundente, tanto económica como social y políticamente.


Esta acción por parte de distintas empresas e instituciones resultó irónica en muchos casos y fue ampliamente criticada. Pues por ejemplo, instituciones como las universidades -fuesen públicas o privadas- que, si bien se “sumaron” al paro, dentro de sus instalaciones permiten que se siga violentando a las mujeres, ya que las autoridades hacen caso omiso a las denuncias que se han presentado. O en el caso de algunas empresas en cuyas instalaciones ha habido feminicidios y casos reiterados de violencia contra la mujer, los cuales son ignorados -e incluso han tratado de ser escondidos- por los directivos de estas.


A pesar de la polémica en los días previos, el 9 de marzo las mujeres decidieron atender la convocatoria de “Un día sin nosotras” y permanecer en sus hogares para evidenciar la importancia de su rol en la sociedad y denunciar que las están asesinando. El resultado fue un impacto económico de 34 mil millones de pesos, según estimaciones de BBVA, la interrupción de actividades en distintos centros laborales -especialmente aquellos cuyo personal se compone casi en su totalidad de mujeres- y un vacío innegable en las calles de la ciudad.


A pesar de las críticas, el paro cumplió sus objetivos principales. Pues logró poner la lucha feminista como el tema principal en la discusión política, al mismo tiempo mostró que por más que se le haya relegado a segundo plano, las mujeres tienen un rol fundamental en el buen funcionamiento de nuestra sociedad. “Las mujeres sostienen la otra mitad del cielo” decía acertadamente Thomas Sankara en 1983.

Existe un debate, necesario, sobre la efectividad de este tipo de convocatorias. Hay quienes señalan que lejos de recluirse en el espacio privado, las movilizaciones deberían de darse buscando ocupar el espacio público, planteando la necesidad de repensar las acciones con el fin de darle un sentido político a la lucha, lo cual evitaría que se intentan montar a ella ciertos sectores que nada tienen que hacer en el movimiento.


No obstante, más allá de los debates del movimiento, los cuales son naturales y necesarios, hay que destacar que el movimiento feminista en México va cobrando fuerza como un actor importante en los años recientes, y cada vez hay más mujeres que se reconocen feministas y entienden la necesidad de la lucha contra un sistema de desigualdad, el patriarcado. A pesar de que, como mencionan algunas activistas feministas, hace falta formación política dentro del movimiento, es importante que las mujeres de este país decidan dar el primer paso y se acerquen a un movimiento que lucha por sus derechos.


Desde Alternativa Socialista clamamos ¡Ante la violencia machista, el feminismo socialista! En nuestra opinión la lucha contra el sistema patriarcal va de la mano con la lucha contra el capitalismo. Pues mientras existan estructuras de dominación, habrá hombres y mujeres despojados de su dignidad y condenados a la miseria. No queremos un capitalismo feminista, sino poner fin a un sistema insostenible, injusto e inhumano para dar paso a una sociedad donde hombres y mujeres nos reconozcamos como iguales y construyamos un futuro mejor.


Al mismo tiempo reconocemos que las mujeres somos víctima de una doble explotación, la vida laboral y otra en el entorno privado. Lo que nos lleva a proclamar que no existe una verdadera revolución sin la liberación de las mujeres. Presentimos el estruendo de su borrasca y percibimos la furia de su rebelión, por ello les tendemos nuestra mano y la invitación para sumarse a esta lucha contra el patriarcado y el capitalismo. Porque el futuro es revolucionario y les pertenece a quienes luchan.


¡Por una Alternativa Socialista para la lucha feminista contra la violencia machista y el capitalismo!


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